Rootkit
Rootkit es un conjunto de herramientas usadas frecuentemente por los intrusos informáticos o crackers que consiguen acceder ilícitamente a un sistema informático. Estas herramientas sirven para esconder los procesos y archivos que permiten al intruso mantener el acceso al sistema, a menudo con fines maliciosos. Hay rootkits para una amplia variedad de sistemas operativos, como Linux, Solaris o Microsoft Windows. Por ejemplo, el rootkit puede esconder una aplicación que lance una consola cada vez que el atacante se conecte al sistema a través de un determinado puerto. Los rootkits del kernel o núcleo pueden contener funcionalidades similares.
Sus objetivos
Tratan de encubrir a otros procesos que están llevando a cabo acciones maliciosas en el sistema. Por ejemplo, si en el sistema hay una puerta trasera para llevar a cabo tareas de espionaje, el rootkit ocultará los puertos abiertos que delaten la comunicación; o si hay un sistema para enviar spam, ocultará la actividad del sistema de correo. Los rootkits, al estar diseñados para pasar desapercibidos, no pueden ser detectados. Si un usuario intenta analizar el sistema para ver qué procesos están ejecutándose, el rootkit mostrará información falsa, mostrando todos los procesos excepto él mismo y los que está ocultando. O si se intenta ver un listado de los ficheros de un sistema, el rootkit hará que se muestre esa información pero ocultando la existencia del propio fichero del rootkit y de los procesos que esconde. Cuando el antivirus hagan una llamada al sistema operativo para comprobar qué ficheros hay, o cuando intente averiguar qué procesos están en ejecución, el rootkit falseará los datos y el antivirus no podrá recibir la información correcta para llevar a cabo la desinfección del sistema.
Como prevenirnos
Es necesario un sistema que vigile no únicamente la actividad de los archivos en el disco, sino que vaya más allá. En lugar de analizar los archivos byte a byte, debe vigilarse lo que hacen al ejecutarse.
Un rootkit necesita llevar a cabo algunas tareas que se podrían considerar “típicas”, como adquirir derechos de root, modificar llamadas básicas al sistema operativo, falsear sistemas de reporte de datos del sistema… Todas estas tareas, una a una, entrañan poco peligro. Pero todas ellas, juntas y en el mismo momento, llevadas a cabo por el mismo programa, proporcionan información clara de que algo extraño está pasando en la computadora. Si las soluciones antivirus fracasan definitivamente a la hora de detectar un rootkit, las nuevas tecnologías de detección de amenazas por comportamiento tienen su mejor prueba de eficacia en la detección y bloqueo de rootkits. Estas tecnologías no basan su funcionamiento en condicionantes previamente aprendidos sobre patrones cerrados de identificación de amenazas. Su éxito se basa en la investigación inteligente y automática de la situación de un proceso en una computadora.
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